martes, 10 de abril de 2007

Aikido y El Último Samurai.




Uno no necesita edificios, ni dinero, ni poder, ni estatus, para practicar el Arte de la Paz. El cielo está en el mismo lugar donde te encuentras, y ese es el lugar para entrenarse.

Morihei Ueshiba "El Arte de la Paz"












Hhhhhaaaaaaaaiiiiiiiiikkkk. Hola mis queridos lectores, pues si, lo habeis adivinado, hoy voy a escribir sobre el Aikido.
El aikido (会気道, aikidō, el camino del aiki) es un arte marcial moderno del Japón. Fue creado por Morihei Ueshiba (el de la foto). Es un arte orientado a la defensa, con una profunda base filosófica, en el cual el defensor redirige el movimiento y la energía del ataque a su oponente. Lo practican hombres y mujeres, sin importar su estatura, peso o edad. Se le considera una de las artes marciales más difíciles de dominar.


Ni corto ni perezoso decidí que debía probar esta disciplina tan complicada pero efectiva al mismo tiempo. Para ello me puse en contacto con Miguel, un amigo al que hacia años que no veia y que me constaba es un profesor de Aikido muy experimentado.

Miguel me invitó a su "dojo" asi llaman al sitio donde entrenan y me dijo muy amable, que no le importaba si iba acompañado de un par de amigos más. Por tanto se lo comente a mis compañeros y amigos AC y RB. Les llamaremos así para evitar demandas el día de mañana, esto lo aprendí de Carmele Marchante.

Quedamos los tres AC, RB y yo mismo, con Miguel en la puerta del dojo media hora antes para que se conocieran y así fuera todo más distendido. La clase iba a durar una hora y media y convenia hacer un poco de relaciones sociales antes para romper el hielo. Después de las presentaciones y de charlar un poco, Miguel nos indicó donde estaba el vestuario, fuimos, nos cambiamos y nos dirijimos al dojo por los pasillos del gimnasio como tres ninjas, tres gladiadores de las artes marciales con ganas de imitar al mismísimo Bruce Lee.

Y es que sufrido lector, mi historia con las artes marciales se remonta a cuando tenia 12 o 13 años, por aquel entonces en el pueblo donde yo vivía había un solo cine, el Chapí. El cine Chapí era el cine más cutre y más desvencijado que he visto nunca , y es que los niños nos dedicabamos a ir a comer pipas y tirarle las cascaras al de enfrente, pegarle chicle en el pelo a las niñas e intentar tocarles el culo. Algunos, los más gamberros y peligrosos, rajaban los asientos con sus navajas y otros se dedicaban a pelearse con el vecino del asiento contiguo. Todos gritabamos y nos reiamos. Todo esto ocurrió hasta que vimos "Karate a muerte en Bangkok" . Fue entonces cuando el cine se calmó, las niñas se marcharon pues aquello no iba con aquellos seres más delicados y coherentes que ya bastante llevaban sufrido como para encima tener que aguantar el kung Fu. Y todos los niños empezamos a concentrarnos en las acrobacias y los golpes del gran Bruce Lee. Luego llegaron "Operación Dragón" , "Furia Oriental" y otras más.

La acción se trasladó entonces del interior del cine a la salida. Pronto, entre varios niños fuimos al kiosko de la Tia Paca a comprar aquellas estrellas ninja que habiamos visto en las películas (¿en que kiosko de "chuches" venderían hoy en día una auténtica estrella ninja de hierro a un niño?). Después jugabamos a darnos patadas de KungFu y a tirar nuestras estrellas de hierro contra una puerta de madera para probar nuestra puntería y futuro como ninjas. Todo terminaba cuando salía el vecino o vecina de turno que montaba en colera al ver la puerta de su casa con más agujeros que un gruyere. El hombre o mujer se iban poniendo rojos , entonces explotaban , empezaban a gritar y provocaban una estampida de pequeños ninjas que corrían como alma que lleva el diablo desperdigándose por todo el pueblo.

Pues bien, 20 años más tarde ahi estaba yo por los pasillos del gimnasio apunto de recibir mi primera clase seria de artes marciales. La emoción me embargaba. Cuando cruzamos la puerta del dojo, Miguel y los demás ya estaban preparados. Miguel estaba sentado sobre sus propias piernas en el centro, los demás , formaban una fila sentados frente a él de la misma manera. Todos ellos llevaban un Kimono blanco, rematado con una falda negra típica que se utiliza en el Aikido. AC, RB y yo , nos dimos cuenta de que la camiseta y los pantalones cortos no eran el atuendo adecuado, pero mucho menos cuando además te has dejado los calcetines puestos por miedo a tener frio en los pies. Menuda pinta de ninjas teniamos los tres, camiseta, pantalón y calcetín subido hasta debajo de la rodilla.

Silencio!!, empezaba la clase, lo primero era sentarse siguiendo la fila, los novatos siempre en la parte izquierda de la fila. A los 10 segundos, ya me empezaban a doler las piernas de la posición incomoda en que nos hallabamos, el aikido empezaba a disciplinar mi cuerpo y a entrenarlo para el dolor. De repente vimos como todos hacían una reverencia inclinandose hasta casi tocar el suelo con la frente ante un cuadro de un personaje que parecía la versión japonesa del abuelito de Heidi (luego descubririamos que se trataba del antes mencionado Morihei Ueshiba ) . Al ver esto, rápidamente, AC, RB y yo nos inclinamos también, no queriamos empezar hiriendo susceptibilidades. Una vez, dos veces, tres veces,... cuatro veces...NO...Al parecer la tercera y cuarta vez, solo AC y yo nos habíamos inclinado, eramos los que estabamos más a la izquierda y no nos dimos cuenta de que los demás ya habían parado hacía rato. Bueno, eramos nuevos y creo que nadie lo tuvo en cuenta, aunque alguno se nos quedara mirando con cara rara. Pero si se trataba de ser educados más valía saludar en exceso que por defecto al viejo de los Alpes japoneses aquel.

Empezó la clase, Miguel se puso con nosotros y nos enseño el arte de las llaves de Aikido, estuvimos rato practicando, enredandonos con nosotros mismos. No salía a la primera, no era tan fácil como cuando lo hacía Bruce Lee. Además intentabamos hacer una llave al contrario y cuando ibamos por la mitad y ya tenias al otro cogido por el codo y el antebrazo, de repente no sabías por donde continuar y aquello era un lio con tanto codo , antebrazo, brazos, manos...llegó un punto en que nos liamos, ya no sabíamos por donde coger al otro, más que Aikido parecia que estabamos jugando al Enredo pero sin circulos de colores en el suelo. Empecé a pensar en la efectividad de la consabida técnica de la patada en los huevos. Se que no entraba dentro de la filosofia del Aikido...pero la verdad, seamos claros...¿quien sabe hacer un "AI HAMMI KATATEDORI" , un "GYAKU HAMME KATATEDORI" o un "KATA DORI"?. Sin embargo la "PATADA EN LOS HUEVOS" es eficaz , mortifera y no hace falta estudiar tanto.

Cuando ya cundía el desanimo y pensaba en todo esto, Miguel sacó unas espadas de madera...uauuuu...unas verdaderas espadas de samurai. Nos hizo cogerlas para practicar la lucha cuerpo a cuerpo contra un adversario armado. Empezamos a practicar, ya estaba apunto de reducir a mi adversario que tenia una espada ninja sólo con mis manos, cuando algo falló y recibí un golpe de espada en toda la cabeza. Os lo aseguro, duele cuando te dan con una espada de madera en la cabeza. Supongo que no tanto como si te dieran con una katana, pero duele.

Total que ya se había terminado la clase...y es que el tiempo se pasa volando cuando uno se lo esta pasando "bien"... Medio aturdido aún por el golpe volví a sentarme en la fila, de nuevo vuelve a saludar al viejo de los Alpes. Miguel da las gracias a todos y los del kimono le responden con un grito en japones incomprensible, algo así como ...HAaaaaaaaIKKKKATUHHAAAAA, que debe querer decir "de nada".

Me despido de Miguel pensando que esto de las artes marciales no es como en las pelis, ni como lo recordaba yo de pequeño. Que quizá ser Bruce Lee no es lo mio y que aunque seguro que no soy el primero que prueba una clase de aikido y sale algo maltrecho, con tanto golpe y tanto dolor se me quitó un poco la vocación. Casi prefiero seguir viviendo y no llegar a ser nunca "El Último Samurai".

Buenas tardes Amigos y hasta la próxima historia.

lunes, 2 de abril de 2007

LA SALSA

Hola una vez más,

Aún a riesgo de que seais bien pocos mis seguidores o de que realmente esto no lo lea ni cristo, que es lo más probable, hoy me he decidido a escribir sobre un tema complicado: La Salsa.

Antes que nada aclarar que por La Salsa me refiero al baile. Si alguien pensaba encontrar aquí alguna receta innovadora de boloñesa, carbonara, o a la pimienta verde, decirle que se ha equivocado, no tengo ni idea de como se prepara ninguna de las antes mencionadas. Aunque tengo previsto aprender un día de estos con la ayuda de algún libro que me dejo mi madre el dia que me independicé. "Toma estos libros y sobrevive como puedas hijo" me dijo la pobre con lagrimas en los ojos. Llevo 6 años alimentándome a base de arroz hervido con atún , macarrones con atún, ensalada con atún y demás variedades de comida con atún.

En este tiempo, jamás abrí un libro de los que me prestó mi madre, sin embargo alguna vez he pensado en escribir mi propio libro de cocina. Mi libro sería un tratado de supervivencia y un receptario de comida a base de atún al mismo tiempo. He pensado titularlo "Como sobrevivir con una lata de atún y algo más que pilles por casa" y el subtitulo "Aprovecha cuando te inviten a comer a casa de alguien y come todo lo que puedas, no siempre hay atún". En fin, nunca pretendí ser Arguiñano.

Sin embargo sí me hubiera gustado siempre bailar como Chayanne y eso fue lo que pensé cuando una amiga me invitó un dia a tomar clases de baile por un dia, concretamente se trataba del baile rey hispano, creado en las calles de Santo Domingo, la maravillosa y excitante... Salsa.

Cuando llegamos al local donde impartían aquella clase me di cuenta de la primera cosa extraña, La Salsa es básicamente un baile de mujeres. Al menos eso es lo que creí cuando vi que la proporción de mujeres era practicamente de 10 a 1. Estupendo pensé para mi...esto si que es triunfar. En aquellos momentos , cuando pasaba todo esto por mi cabeza, no sabía lo que me esperaba.

Pronto me di cuenta de que bailar no es fácil, una cosa es hacer el indio con los amigos y con un cubata en la mano y algunos más en el cuerpo, intentar el remolino bisbal y joderle el brazo con el codo a esa chica al lado de la que bailabas y a la que intentabas impresionar. La chica queda impresionada si, pero del morado que le has dejado en el brazo por imbécil , borrachuzo y torpe. Su mirada lo dice todo, por mucho que intentes disimular o pedir perdón.

Pero otra cosa muy distinta es cuando el baile tiene reglas. Entonces se convierte en algo imposible de seguir, la teoria es fácil amigos mios, lo hace el profesor y parece fácil...un paso adelante , un paso atras, un paso adelante , un paso atras...Y entonces empiezas tú... ahí estas, un paso adelante, un paso atras, un paso adelante un paso atras...venga ya lo tienes, lo has pillado a la primera parece...me falta el cubata en la mano, pero los pies van solos, solos si, pero al reves de todo el mundo. Pronto se te quita la sonrisa triunfante y bobalicona de la boca cuando ves que la ayudante del profesor, una bailarina profesional, viene hacia tí con cara de que algo no esta yendo bien. Esa sera la primera de las más de cien veces que la chica tendrá que corregirme.

Perfecto, ya lo tengo pillado ya voy como todo el mundo, adelante, atras , adelante , atras...venga ahora con pareja, todo parece ir bien. tengo el paso cogido, pero la cosa se complica, hay que cambiar de pareja y bailar con todas las chicas de la sala...mierda...esto no me lo esperaba. El profesor explica que ahora los caballeros, tendran que dejar a su pareja y siguiendo el paso ir hasta la pareja del compañero , y sin pisarla bailar con ella, asi una y otra y otra vez.

Amigos, no se a cuanta gente pisé aquel dia, creo que me falto pisar al profesor, porque a la primera pareja que cambié , empece a pisar a las chicas. Lo peor de todo es que esta rueda tuvimos que hacerla varias veces, con lo que las chicas ya se habian dado cuenta de mi torpeza y cuando llegaba a su altura dispuesto a no pisarla, alguna ponia cara de circunstancias (las del instinto de supervivencia) , otra me dedicaba una sonrisa compasiva(las del instinto maternal) y otras me miraban con una cara de odio (las del instinto asesino) que decia...maldito torpe, me esta jodiendo la clase de baile y la tarde entera.

Fueron dos horas de sufrimiento , dolor y lagrimas...me acordé de los chicos de Fama, de Dirty Dancing, Flash Dance, Noches de sol y hasta de los chicos de UPA Dance, parecía tan fácil cuando bailaba Leroy Johnson, Mikhail Baryshnikov o el hijo de Cristina Blanco. Pero bailar no es fácil, no, no lo es.

Terminada la clase pensé que el baile no es lo mio, pero aún y así me lo habia pasado bien, quizá me gané alguna enemiga ese dia, pero ¿qué esperaban?. De todas formas ya tuve que soportar la mofa del publico de las Islas Canarias asistente a mi Jura de Bandera cuando perdí el paso veinte veces ... aquel niño repelente diciendo..."Mira mama mira, ese no lleva el paso como los demás". Quizá eso me traumatizó.

Perdí el paso un 5 de diciembre de 1995 ante la bandera nacional y desde entonces no lo he vuelto a encontrar.

Espero que os haya gustado la historia, buenas noches y hasta la vista amigos.